Esta etapa que termina,
de este ciclo reportado;
es un adiós sin cortinas,
ni preámbulos señalados;
el 11,
un mes 12,
un año 14,
abrazo todos las cosas que un día llegaron,
como todos los nombres que he habitado;
doy las gracias a los primeros gestos,
al parto,
a la enseñanza
a todas las voces amadas,
y me permito:
seguir los pasos que un día me señalaron
que no hay caminos posibles sin elecciones.
Aquí, ahora mi prolongada caricia
a la que un día creyó
que lo esencial podía permitirse ser visible